miércoles, 2 de octubre de 2013

Una de cada 4.000 personas en España padece Retinosis Pigmentaria


La enfermedad afecta inicialmente a las células que ven de noche para terminar dañando la visión central y de día

La Retinosis Pigmentaria es una enfermedad ocular que afecta inicialmente a las células que ven de noche y que cuando avanza la enfermedad acaba por afectar también a las células que están en el centro de la retina , responsables de la visión central, de la visión de día y de la visión de los colores, como una suerte de túnel.

El día 29, se celebró el Día de la Retinosis Pigmentaria, de la que se estima que una de cada 4.000 personas en España la padece. “A pesar del empeoramiento de la calidad de vida de los pacientes que la sufren, hay un amplio desconocimiento en torno a esta enfermedad”, afirma el profesor Francisco Gómez-Ulla, director médico del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla, catedrático de Oftalmología y presidente de la Fundación Retinaplus+.

Actualmente, aseguran desde la fundación, no existe un tratamiento efectivo de la Retinosis Pigmentaria, enfermedad que aún no se puede curar. No obstante, la terapia génica emerge en el campo de la oftalmología como una esperanza real de retrasar, detener, o incluso revertir este tipo de dolencias, ya que el ojo es una de las pocas partes del cuerpo "privilegiadas inmunológicamente y por tanto con menos posibilidades de provocar una respuesta inmunológica sistémica a genes inyectados" debajo de la retina.

martes, 24 de septiembre de 2013

Miopes por los «smartphones»

Leer o ver series en el móvil puede generar dolor de cabeza y fatiga


La semana pasada, una madre llegó a una consulta de oftalmología en Pontevedra preocupada porque su hijo veía películas en su smartphone al irse a la cama. No es el único que lo hace, sobre todo desde que se popularizó este tipo de teléfonos móviles en España. Un estudio de la Spain Digital Future muestra como este es el país de Europa donde hay una mayor penetración de los smartphones, un 66 %. Leer el periódico, responder un correo electrónico, navegar en twitter, contestar un mensaje... se han convertido en actividades cotidianas que se realizan a través del móvil. Y eso comienza a tener ya sus consecuencias para la visión. De hecho, el abuso a la hora de utilizarlos puede derivar en el futuro, según el doctor Pedro Corsino Fernández Vila, presidente de la Sociedad Gallega de Oftalmología, en una «miopización» de la sociedad. Por no hablar de consecuencias como dolor de cabeza, fatiga, vista borrosa o picor en los ojos.

¿Por qué nos ocurre todo eso? «El ojo está hecho para ver bien de lejos. Un ojo normal necesita acomodar para realizar esa función. En ese proceso para ver bien de cerca hay un pequeño músculo dentro del ojo que se contrae y cambia la curvatura del cristalino», explica este oftalmólogo. Por eso, destaca que «el problema está en la combinación de una letra muy pequeña con el hecho de estar muy cerca del objeto que se está mirando y permanecer observándolo durante mucho tiempo».

De ahí que no sea lo mismo, por ejemplo, leer el periódico en papel-normalmente se sujeta a una distancia de unos treinta y cinco o cuarenta centímetros de los ojos-, que hacerlo en el móvil, que acostumbra a colocarse más cerca de la cara -entre quince y veinticinco centímetros-. «A una persona con la vista bien graduada estar leyendo o viendo una película o una serie en el móvil puede provocarle cansancio, algo que en alguien con hipermetropía puede tener como consecuencia dolor de cabeza, fatiga, vista borrosa o picor ocular», explica Pedro Corsino Fernández Vila.

Y hace un apunte: «Ver una serie con cascos en la cama implica ya unos cincuenta minutos o una hora pendiente de una pantalla muy pequeña y a una distancia de 15 o 20 centímetros, lo que supone un enorme esfuerzo acomodativo.

Además, la utilización de smartphones o tabletas puede provocar fotofobia y sequedad ocular al disminuir la frecuencia de parpadeo. Esta es, en estado normal, de unas dieciocho veces por minuto. Al leer se reduce a doce y cuando se está ante una pantalla de ordenador o ante el teléfono móvil disminuye a unas ocho. Esa bajada del ritmo del parpadeo lleva a una mayor evaporación de la lágrima y en consecuencia a síntomas de ojo seco: irritación, escozor, sensación de cuerpo extraño.



Pantallas LED

Otro tema es cómo influyen las pantallas de LED, presentes en los teléfonos móviles o tablets. Un trabajo dirigido por la investigadora Celia Sánchez-Ramos revela que un 93 % de las células del epitelio pigmentario de la retina expuestas a una luz directa de LED durante 72 horas mueren. El estudio de ese grupo de trabajo, que también ha desarrollado una pantalla protectora para teléfonos o tabletas, fue realizado con cultivos celulares in vitro de células de origen humano. Sobre ese trabajo, desde la Sociedad Gallega de Oftalmología apuntan que la verdad es que no se sabe cuáles van a ser las repercusiones del uso de estos aparatos sobre el ojo y, en especial, la incidencia en la degeneración macular. No hay información científica concluyente.

El doctor Fernández Vila dice que el problema es que esa exposición en exceso puede provocar cambios que no detecta una mera exploración oftalmológica «y estos pueden ser acumulables en el tiempo», sostiene. Además matiza que «puedes observar la retina y no apreciar ninguna alteración, pero los cambios fotoquímicos pueden ser acumulativos». De ahí que, como conclusión, aplicando un «principio de precaución», especialmente en niños, lo recomendable es ser moderado a la hora de leer, jugar o ver películas en esos aparatos.

Al disminuir la frecuencia de parpadeo, aumenta la sequedad ocular

MARÍA CEDRÓN

redacción / la voz 21 de septiembre de 2013






Fuente:http://www.lavozdegalicia.es/noticia/vidadigital/2013/09/21/miopes-smartphones/0003_201309G21P66991.htm

lunes, 19 de agosto de 2013

Cada persona corrige a su manera las imperfecciones del sistema óptico del ojo


Tiene un código específico para percibir nítidamente las imágenes distorsionadas por la visión

Una nueva investigación ha descubierto que cada persona tiene un código diferente para percibir nítidamente las imágenes. Se llama código de emborronamiento visual y se aplica para corregir las imperfecciones del sistema óptico del ojo. Cada persona considera menos emborronadas aquellas imágenes degradadas por imperfecciones similares a las presentes en los propios ojos, incluso si la magnitud del emborronamiento es similar. Se completa así una investigación anterior, que determinó que cada persona percibe una misma imagen de manera diferente, dependiendo de su experiencia visual.

Una investigación realizada en 2011 determinó que cada persona percibe una misma imagen de manera diferente, independientemente de su agudeza o problemas visuales, puesto que depende de su experiencia visual. De esta manera, el grado de emborronamiento visual varía en cada persona, al igual que el concepto sobre lo que es demasiado borroso o nítido.

Ahora, un nuevo estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha determinado por primera vez el código de emborronamiento visual que cada persona emplea para percibir nítidas las imágenes.

El trabajo, publicado en el último número de la revista PLOS ONE, demuestra que la magnitud y orientación del emborronamiento coinciden con las de la imagen retiniana proyectada por su propio sistema óptico.

El sistema óptico del ojo, formado por la córnea y el cristalino, proyecta las imágenes del mundo exterior sobre la retina. Las imperfecciones de estas lentes y los desalineamientos entre ellas producen una degradación de la imagen retiniana.

Por ejemplo, al observar un punto, en la retina se forma en realidad una imagen degradada, una mancha emborronada con asimetrías generalmente. El grado de emborronamiento visual varía en cada persona y el concepto sobre lo que es demasiado borroso, demasiado nítido, o una imagen neutra, depende de la experiencia visual de cada uno.

“El estudio demuestra que se consideran menos emborronadas aquellas imágenes degradadas por imperfecciones similares a las presentes en los propios ojos, incluso si la magnitud del emborronamiento es similar”, explica Susana Marcos, investigadora del CSIC en el Instituto de Óptica.

“No nos gusta ver a través de otros ojos”

Para determinar el patrón de emborronamiento que cada persona considera óptimo, el equipo de investigadores, formado también por científicos del Schepens Eye Research Institute de la Universidad de Harvard, ha empleado un método psicofísico basado en un sistema de clasificación de imágenes.

Los científicos pidieron a un grupo de personas que evaluaran la calidad de cientos de imágenes con la misma magnitud de emborronamiento óptico (un sistema automático de detección de calidad de imagen las consideraría similares), pero con orientaciones variables de emborronamiento, que se correspondían con las medidas de más de 100 ojos distintos. Para garantizar que las imágenes proyectadas en la retina eran las mismas en todos los casos, se eliminaron las imperfecciones oculares de cada persona con un sistema de óptica adaptativa.

“Así conseguimos evaluar únicamente la parte neuronal de la percepción. Aunque todas las imágenes eran ópticamente equivalentes, los participantes escogieron las que estaban emborronadas con imperfecciones similares a las de sus ojos, y descartaron las de los otros. La realidad es que no nos gusta ver a través de otros ojos", comenta la investigadora en el Instituto de Óptica Lucie Sawides, primera autora del trabajo.

Los resultados determinan por primera vez el código visual interno de emborronamiento de cada persona, pero a la vez tienen implicaciones clínicas, ya que distintas patologías o correcciones oculares pueden cambiar la orientación del emborronamiento usando lentes o mediante cirugía.

Fuente: http://www.tendencias21.net